19 jun 2016

Historias de ego III: Motel

Quizás ha llegado el final, sin quererlo. Todo lo bueno se acaba, y lo malo también. Cuando alcanzas los límites en tu vida se te presentan dos opciones: superarlos o pisar el freno, y ahora estoy en ese momento de mi vida en el que oteo el horizonte, veo los límites fuera y los siento dentro, y tengo que decidir si he de acelerar o frenar. Ya no tengo la sensación de ser invencible como cuando era pequeño, y es cierto que han pasado muchas cosas, que he cambiado, pero no me sirve de excusa, no he cumplido mis expectativas. Me he encontrado con personas que me han hecho crecer con una sola mirada y a otras que con su mirada solo han conseguido atraparme, atarme de pies y manos, y son de estas segundas personas de las que, obviamente, me he visto completamente dependiente. Autodestrucción. Nos llama el caos y es demasiado tentador como para decirle que no estamos dispuestos a seguirle hasta el mismo infierno.
"Como un escritor fantasma escribo bajo la luz del flexo en un motel de carretera. Soy de esos locos bohemios, poetas de oficio, que son más poéticos en su estilo de vida que en sus propios poemas. Tengo un coche americano de segunda mano, un musculoso que se me cae a pedazos pero que conservo porque es el espejo de mi alma. Tengo un cigarro a medias porque, aunque en verdad no fumo, pensé que el humo me traería la serpenteante inspiración que lo sólido palpable no me ofrece. Tengo en la cabeza historias sin sentido independiente aparente pero que conforman la gran obra en ruinas que es mi vida.
Podría decir que tengo una mujer en la cama de la habitación, que me dice que deje de escribir y vaya con ella, podría decirlo y me creeríais, porque soy de esos locos bohemios a los que les encantan las mujeres... pero no.
El vaso medio vacío y mi ojo deformado por los fluidos detrás. Estos ojos que estuvieron delante de los ojos más llenos de vida que una persona puede imaginar, en aquella azotea, en aquel edificio, frente a frente, contándose secretos que nadie más conocía. Esos ojos por los que daría el resto de mis días por saborearlos durante cinco minutos más. Ese brillo, esos ojos... Ay, estos mis ojos que no quieren ver más allá, porque les da miedo confirmar que pueden encontrar la felicidad en lo desconocido. Elegí, de las opciones que se me presentaban en la mesa, la menos arriesgada a simple vista. A simple vista, porque uno, aunque su vida se base en decisiones absurdas, es inteligente y entiende que no hay nada fácil y que la naturaleza es sabia, y que si cabe la más mínima posibilidad de que algo te explote en la cara, te vas a quedar sin cara. Huí. Elegí morir lentamente en otros ojos que conocía bien, que no eran aquellos que me hacían volar. Otros ojos que acabaron conmigo a largo plazo, poco a poco.
El vaso vacío y los ojos rojos, el humo fluyendo al ritmo locomotor que impone el sonido de las teclas de la máquina de escribir. Tengo la decisión firme de cambiar el rumbo: le seguiré escribiendo poemas a la mujer equivocada, porque la mujer correcta ya me hizo daño una vez."

Ash Kidd -Motel

30 jul 2013

Historias de ego II: ¿Qué es para ti la felicidad?

"Por favor, silencio... Quietos... Que todo el mundo pare... Bien, ya he conseguido tu atención, ahora dime, ¿qué es para ti la felicidad? Para mí la felicidad es una palabra sentida, una caricia sensible, una sonrisa de corazón y una mirada que me confirme que todo lo anterior es real. Para mí la felicidad es hacerle el amor a la persona que me ha dedicado un `te quiero´ sentido, me ha acariciado de forma sensible, me ha sonreído de corazón y me ha mirado con una de esas miradas que te confirman que todo lo anterior ha sido real; para mí la felicidad es hacerle el amor a esa persona y despertarme al día siguiente junto a ella. Para mí la felicidad es tener una vida programada en la cabeza que no tenga miedo a romper improvisando. Para mí la felicidad es una mujer, unos hijos y una casa... o quizás es vivir sin depender de nadie. Para mí la felicidad es descubrir el mundo sin dejar de descubrirme a mí mismo. Para mí la felicidad es un billete de ida porque no tengo necesidad de volver o un billete de vuelta porque tengo la necesidad de abrazar a mi madre. Para mí la felicidad es una tarde con los amigos por el centro. Para mí la felicidad es una ducha fría que me haga olvidar que a veces no soy feliz; es mirarme al espejo y decirme `hoy no te van a joder´. Para mí la felicidad es tumbarme en la cama a observar el techo, cerrar los ojos y volar; es una estrella que sé que me observa, una imagen que me trae buenos recuerdos y una fotografía que aún no me he sacado; es un bolígrafo y un papel, un ordenador, una ventana abierta, la pizza de los sábados y el sueño de los lunes; es una palabra, una caricia, una sonrisa, una mirada y un disco de Frank Ocean."
                                                                                                             Anónimo 

Según la RAE, la felicidad se define como "Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien" pero, desde mi percepción personal, no entiendo esta definición. Parafraseando a Ceerre, "la vida [y, en consecuencia, la felicidad] es lo que me apetece"


"¿Qué es para ti la felicidad? Para mí la felicidad es esto, estar aquí contigo, ¿para ti no?" Abre los ojos

28 jun 2013

Historias de ego I

"El cabrón del otro lado se ha propuesto escupirme a la cara todo lo que soy: mi nube y yo bajados a la tierra sin oportunidad de oponer resistencia. Hoy me siento un poco como Travis hablándole al espejo, <<¿Hablas conmigo? ¿Me lo dices a mí? Dime, ¿es a mí?>>... Intento defenderme de las acusaciones de `hijo de puta´ de las que soy víctima con un buen ataque que, aunque a largo plazo no me sirve de gran cosa, me ayuda a encontrar un consuelo momentáneo que me devuelva a mi pedestal por unas horas. Normalmente ese `buen ataque´ implica untar al adversario con fajos de verdes.
Aquí me ves, con un traje de ochocientos pavos, unos zapatos de cuatrocientos y joyas valoradas en miles, me podría arriesgar a afirmar, y acertaría, que tengo el mundo a mis pies. Soy todo lo que tú quieres ser. Tengo todo lo que tú quieres tener. Mujeres. Drogas. Fiestas. Coches. Fiestas. Drogas. Mujeres.
Recuerdo mi infancia en el barrio, era un jodido crío feliz. Vivía con papá y mamá en una casita con jardín; salía a jugar al fútbol con los colegas hasta que me llamaban para cenar; me pasaba tardes enteras escuchando música en el viejo reproductor... Luego encontraron a mamá muerta, cuando yo tenía doce años. Acusaron a papá del asesinato, y me llevaron a vivir con la abuela. Oía noticias de papá sobre movidas en la cárcel, pero por lo general, la abuela se esforzaba porque no me enterase de nada referido a su yerno. Tres años después, papá quedó en libertad (por los vacíos legales en la justicia del país, ya sabéis) y volvió a por mí. Sinceramente, me daba miedo vivir con él. Sé que él mató a mamá.
A partir de ahí, noté que fui cambiando. Perdí la inocencia, dejé de estudiar y me puse a currar, porque papá se pasaba el día entero bebiendo o metiéndose y no entraba ni un duro en la casa. Quería irme, pero no había pasta. Me puse a trapichear y, joder, aquello sí que daba pasta. Tenía pensado dejarlo cuando tuviese suficiente como para independizarme, pero me enganché a ese rollo.
Por aquel entonces, ya no tenía amigos en la zona, sólo enemigos o clientes. Conocí a una chica. Tío, fue lo mejor que me ha pasado nunca. No había sentido esa sensación antes. Tengo muy presente aquella primera noche que la vi. En el local estaba sonando "Knockin´on Heaven´s Door", y me pidió bailar. ¡Hostia puta! Yo no sabía bailar, pero no le iba a decir que no a esa preciosidad. Me abrazó y me susurro al oído que me dejase llevar. Le miré a los ojos. Eran increíbles. En ellos vi el paraíso, o algo parecido. En sus ojos vi el reflejo de mis ojos rogándole que no me soltase. Me dio la sensación de que estábamos nosotros dos solos, que no había nadie más en el universo. Éramos ella y yo, mis labios teniendo una conversación privada con los suyos. Porque, evidentemente, nos besamos.
Nuestra relación duró lo que tenía que durar, ni más ni menos, duró hasta que me conoció y salió corriendo. No volví a saber de ella.
Después de aquello, tuve encuentros esporádicos con otras mujeres con las que me sentía muy pequeño. Nunca nada serio. Sigo esperando volver a ver a aquella chica, para qué nos vamos a engañar. Se suele decir que todos tenemos una función, una meta que conseguir en nuestra vida, que para eso hemos
nacido, pues bien, yo creo que mi meta es encontrar a esa chica y ser feliz con ella. Pero hasta entonces, seguiré esnifando, que me produce el mismo efecto que sus ojos: ver el paraíso, o algo parecido.
                                                             Fdo.: Joe `Jay´ Marcus "

"El espejo está escupiendo la silueta de un extraño, creo que ha dejado de servirme la excusa de ser raro"                                                  
                                                                                                    Por JaimeQ

14 mar 2013

Movimientos calculados [Principios 2012]. Parte 1


Por favor,
 que alguien me explique
 por qué siento tanto frío:
ayer me prometieron que ardería en el infierno,
y aquí sigo, 
con los pies colgando desde el limbo,
arrancándome con la uña las costras de tus besos.
Rezo a mis muertos 
por este hilo que me sostiene,
que flota desde arriba y no sé a qué coño viene.
Espero que la física, no sea un cuento,
que cuando la cuerda ceda, 
el aire me frene.
Todo es matemático 
aunque a mi corazón codificado le duela.
Sudo de esas zorras.
Mereció la pena 
pasar las noches en vela
por el simple hecho de ser hoy una mejor persona;
no puedo evitar sentirme solo
-solo-
en el enorme espacio que dejaste a tu manera.
Soy imagen de postal en el bulevar de los sueños rotos,
allí donde mi voz 
coge sus alas y vuela.


10 ene 2013

Inspiración


-¿No tienes nada que hacer?
-No.
-Entonces ponte a escribir.
-Es que me falta inspiración.
-La inspiración acude cuando se pegan los codos a la mesa, el culo a la silla y se empieza a sudar. Elige un tema, una idea, y exprímete el cerebro hasta que te duela. Eso se llama inspiración.
-Tema ya tengo.
-¡Aleluya!
-Voy a escribir sobre usted...

El Juego del Ángel, de Carlos Ruíz Zafón


"Los tristes también sonreímos... Aunque no tengamos costumbre, podemos tener motivos." JaimeQ 

29 dic 2012

Por favor, silencio


Hoy me derrumbé. Estaba sentado solo en la pista, con el sonido de las botas deslizando por el parquet en mi cabeza y, joder, me derrumbé. No puedo más. Sonrío, pero nada va bien, la procesión va por dentro. Éste ha sido un año de polos opuestos, de contrastes: pasamos de lo peor a lo mejor con unas palabras sinceras; de lo mejor a lo peor con un perdón y un mar de lágrimas. En estos últimos meses he conseguido sostenerme gracias a un grupo reducido de personas (y quien dice un grupo dice un par...) y gracias al basket. Amigos y deporte, los dos pilares fundamentales sobre los que me voy alzando con el paso de los días. Colegas y canastas, la familia se da por hecho que siempre está ahí.  He conocido a nuevos amigos. He conocido a los amigos que ya conocía. Quizás sea el momento de mi vida en el cual me debería sentir mejor, pero no. Me siento vacío, lleno de nada. Intento olvidarme de todo, me imagino haciendo magia con el balón en las manos como Johnson en Los Ángeles, flotando como Marley al cantar una canción, tan solo para sentirme mejor, un poco mejor. Estoy triste, cansado, agobiado, con un peso encima que no sé quitarme, dolido, jodido, tocado... intento esconder todo esto en lo más profundo de mi cuerpo, donde nadie pueda descubrirlo. La fachada impide ver lo que me prohíbo gritar a voces. Estoy destrozado, pero por favor, silencio: ésto no lo sabe nadie.                                                           
                           "Es más fácil sonreír que explicar por qué estás triste"  

 

  

21 nov 2012

Sonriéndole a la muerte


El rumbo hacia ninguna parte lo marcan los pies.
Tuerzo esquinas y avenidas, sin saber qué va a ser.
En la calle Melancolía respiro el aire de ayer
porque si el futuro es como el presente, prefiero volver.
Que la Parca aceche, mientras no moleste,
que la vida siga, mientras no me canse,
que las ganas de vivir tapen a la muerte
y que el día de mañana me alegre de marcharme

Las nubes aquí, oscurecen mi cielo gris,
luces y sombras, barrotes de mi cárcel.
El Sol, cancerbero y confesor, me impide huir,
no quiere dar el gusto a la Luna de poder abrazarme,
y yo, caballero en las tinieblas, humano en la soledad,
blanco de mil odios de soldados por la paz:
hay golpes que ni una coraza es capaz de frenar
dentro de este bombardeo cruzado al que llaman libertad,
porque ni tú, ni yo, ¡nadie es libre!, 
somos esclavos de un sistema que nos ata;
¡ni vosotros, ni nosotros somos libres!
y todos somos invisibles a ojos de la fatalidad...

...Me siguen perros de presa hasta la trinchera,
donde guardo folios que son pedazos de corazones;
me acorralan, me amenazan, me envenenan,
y así muero por dentro, pero de pie, como los árboles...
Sus cuchillos me atraviesan por el costado y la espalda.
La sangre fluye entre los dedos, el pecho y las costillas.
Me acribillan con miradas, susurros y palabras.
Me matan por dentro, sí, pero les debo una sonrisa...


"La fatalidad nos hace invisibles" Gabriel García Márquez
"Muerta por dentro, pero de pie. Como un árbol" Alejandro Casona